sábado, 22 de marzo de 2008

Crónica de una charla Satírica-EMOtiva

Una noche antes del incidente, vi en Cosmopolitan TV, como Miranda, la peliroja de Sex and the City, escuchaba una conversación de dos chicas sentadas a su lado, pero en otra mesa... parecía muy interesada en la charla de las jóvenes, tanto que al levantarse les dijo "no he podido evitar escuchar lo que hablan, pero dejame decirte una cosa; él no te ha llamdo, porque no te ama"... que tengan un buen día".
Y se fue como una experta y conocedora fémina madura que acababa de dar una gran lección a dos pobres párbulas pubertas.
Las chicas, sorprendidas, no dejaban de daescribirla con adjetivos como perra y desgraciada... y al final agregaron un original: "quién le preguntó", Fin de la escena.
Me reí... fue divertido ver la reacción de las jóvenes y apoyé a Miranda, "ella hizo bien", pensé... hasta que, horas después, viví una situación similar en mi trabajo... y no fue taaaaaaan gracioso.
Todo ocurrió así: (aclaro; no estoy imitando a Sarah Jessica Parker en su papel de escritora y protagonista de la serie), Flor, una dedicada reportera de mi sección, Abril, una prometedora fotógrafa, ahora periodista gráfica de nota blanda, y yo, un escribidor de crónicas, deslizamos nuestras silla de rueditas para platicar un poco antes de meternos de lleno a nuestra labor periodística diaria, en un agobiante día de trabajo en plena Semana Santa.
Bromeábamos sobre uno de los temas que ocupan espacio en los noticiarios y periódicos nacionales: los EMOS y sus enfrentamientos con otras "tribus urbanas".
Preguntas como, qué quieren? siguen algo?, es verdad que se reunen para llorar? surgieron en la plática... hasta que llegó quizá la más fuerte de la interrogantes: es verdad que se quieren morir?, digo que fue la más fuerte, porque dio pie a la más "grave" de las declaraciones y/o propuestas para terminar con los enfrentamientos: por qué no se matan todos?, incluso comenté, también a manera de broma, que los nacos también deberían morir (es utopía mi petición, lo sé, pero soñar no cuesta nada).
Risas, bromas, hubo de todo... hasta comentar cosas como: "necesitaríamos un lugar más grande que la Glorieta de Insurgentes, porque son muchos".
Las risas continuaron, lástima, era una buena charla... hasta que, a lo lejos, algo se eproximaba... algo así como una marea roja, algo como una Miranda de Sex and the city, pero versión mexicana.
"Eres periodista?", preguntó a mi amiga (no diré cuál de ellas, para proteger su identidad)
Ella repondió segura: "si", a lo que nuestra Miranda replicó: algo así como: "yo no tengo tantos prejuicios... y si respeto mi profesión"
Silencio incómodo, bueno, solo nos segundos, porque, como siempre, yo y mi gran boca levantaron la voz... (Soy comunicólogo no? y en la Uni, como en mi casa, me enseñaron a decir lo que pienso, se llama Libertad de Expresión), Pues BIEN, hice uso de ese derecho y agregué: "perdón si algo que dijimos le ofendió, pero no creeemos estar haciendo algo malo".
Miranda dio la media vuelta, como en la serie de TV, y se fue, como quien acaba de educar a unos niños.
Esta vez no hubo palabras como "bitch", pero de nuevo mi boca articuló cosas en voz alta como: "yo no me meto en conversaciones ajenas... y además; necesitaríamos un lugar más grande que la Glorieta de insurgetes, algo así como el Estadio Azteca"... al parecer sólo yo reí esa vez.
No sé si esto traerá consecuencias en mi trabajo, yo espero que no. Pero sé, estoy seguro que no fue nada malo lo que hicimos a bromear sobre tales temas.
Sé también que sonaron racistas y hasta homofóbicos algunos de nuestros comentarios, pero es nuestra manera de bromear ante una realidad.
No los idioamos, (al menos yo no), pero no los queremos como amigos, no compartimos su manera de ver la vida, no es nuestra manera de ser o vestir la que ellos adoptan, son libres de hacerlo, pero que no griten en la calle que es también mi calle, ni se exhiban como lo hacen, ni pretendan llamar mi atención cuando compartimos un mismo medio de transporte ni un mismo centro comercial.
Perdón por si siento apatía por los nacos, que no es sinónimo de pobre, sino de falta de cultura y civismo... y educación, pero no por falta de oportunidades, sino por que son unos huevones sin aspiraciones.
Mi abuela aprendió a leer a los 19 años, cuando ya criaba al primero de sus hijos y vivía en la sierra donde no había luz para la lectura nocturna, ella deboraba libros y escribía poemas, a pesar de la pobreza en la que vivió muchos años.
En fin, nuestro malévolo clan ha decidido tomar acciones tras la experiencia relatada y haremos lo siguiente: crear una secta, en un lugar secreto donde nadie escuche nuestro método para lipiar al mundo de la escoria social, y lograr así, el tan anhelado Bien Común.
Seamos felices

miércoles, 19 de marzo de 2008

sEMANA sANTA

No fue un error, lo hice a propósito.
El poner en altas el ecanbezado de mi entrada, menos las primeras de cada palabra, es mi manera de protestar ante esta desgastada y prostituída celebración.
Como buen practicante del Dioísmo que soy, y único miembro de mi religión, puedo afirmar que en la llamada sEMAMA mAYOR, está más pasada de moda que un disco de Lorenzo Antonio... (tuve el disco de Juguemos a Cantar... me lo regaló una tía, yo aún no nacía -aclaro- cuando ese disco de editó).
Miles de "fieles" acuden cada año a las playas y centros vacacionales del país, realizan el víacrucis -literal- de llegar a esos destinos del pecado, donde el alcohol y la carne (también literal) fluye como leche y miel en los relatos bíblicos del Éxodo.
Otros, sí, otros que no salen a esas modernas Sodoma y Gomorra, se dirigen a las iglesias y templos a lavar "humildemente" los pies de sus "hermanos", tomar comunión y escuchar sermones con mensajes espirituales... y hacerse notar después al ser de los pocos pálidos que andan por ahí.
Pero bueno, gracias a la Revolución y a los héroes que lucharon contra el sistema y rompieron las cadenas impuestas, tenemos más opciones... así que los que nos quedamos a trabajar y no saldremos a la playa ni iremos a nuestros templos religiosos, nos quedaremos a hablar mal de los demás.
PD. el que esté libre de pecado...

lunes, 3 de marzo de 2008

Qie siempre no...

¿Es de sabios cambiar de opinión o es una clara señal de inseguridad e inmadurez?
Medité un poco la idea de poner la frase inicial como una afirmación y no como interrogante, pero quién soy yo para saberlo, si sólo he hecho eso un par de veces.
Una mas: ¿cambiar de opinión es igual a arrepentirse? mmmm, tampoco lo sé...
No me siento tan mal, sé que no es algo tan malo... bueno, sé que no lo es y eso me es suficiente.
Pero por si las dudas, y por si en algún momento se me va el sueño pensando en mi falta de decisión, me daré de una vez algunos argumentos para echarme porras y caer de nuevo en los brazos de Morfeo...
-Salomón fue el hombre más sabio sobre la tierra y aún así metió la pata en muchas ocasiones y no precisamente en pequeñeces.
-El escritor chileno Abrahan Mattelart esribió todo un libro sobre algunas de las más interesantes terorías de la comunicación de habla hispana, y poco después nos pidió a los comunicólogos que desecharamos a la basura todas esas ideas de su libro, incluída la de la del Buen Salvaje y aquellas analogías sobre el Pato Donald.
-Una vez leí en Vanidades, (sí, mi mamá siempre tiene ejemplares en su baño de esa revista) era una nota sobre Elsa Benitez, la top model mexicana que no pude conocer en el evento de Sears al que no fui por mi esguince cervical, la sonorense contaba en una entrevista que una ocasión no abordó un avión porque se arrepintió... el vuelo cayó y no hubo sobrevivientes.
Eeehhhhh?
Conclisión:
No sé si hice bien en no irme. Quiero pensar que desistir fue una buena decisión y que viene algo bueno como consecuencia de prolongar mi estancia en este lugar. Eso lo dirá el tiempo, yo no.