sábado, 5 de junio de 2010

Más que rocas

Llegué a la parte más alta y entonces lo vi.
Ahí estaba, inmenso, imponente.
No pude decir ni pensar nada, me quedé callado... maravillado por increíble belleza.
Vi también su razón de ser. Su creador; el pequeño torrente que le labró por miles de años.
Todo enmudeció para mi, todo. Desde la palabras de los niños y el sonido de la camioneta, hasta el viento que se escurría entre las ramas de las coníferas.
Quería ir más allá, verle de cerca, estar en él, pero no fue posible. Era peligroso.
Otro día será, pensé. Y cuando regrese estará ahí, de nuevo, quizá un poco más grande e imponente, pero ahí, listo pasar ser admirado y ahora sí, adentrarme a sus entrañas.

De mi visita al Gran Cañón del Río Colorado en 2005

No hay comentarios: