En mi infancia fue más bien un libro lecciones; fuerte y estricta para disciplinarme, para que me metiera a bañar antes de irme a la escuela o bien para que me comiera las verduras, pero siempre una fuente inagotable de amor.
En la adolescencia se convirtió en mi mejor amiga (y en la de mis compañeros de escuela) Me escuchaba, me compartía sus problemas e hicimos algunos viajes... noté lo afortunado que era al tenerla a mi lado.
En la universidad fue, junto con mi papá, el más grande apoyo que pude tener, el mejor y el básico para salir adelante. Fue mi soporte.
Hoy sigue dándome muestras de bondad, de carácter, cuidados, amor y amistad. Es lo máximo.
Gracias a Dios por tenerla a mi lado, por formar una gran familia, por haberme traído a este lugar y compartirme con mis tías (mis otras mamás) y haberme dado una gran hermana; un pequeño clón de virtudes, como ella...
Te amo Mom, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, desde el día en que nací.
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